Martin Luther King, Jr., defendiendo los derechos de las personas de color en los Estados Unidos en la década de 1960, declaró: “La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes”.
El gran defensor de la resistencia pacífica a la opresión, Mahatma Gandhi, describió la no violencia como: “La mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más fuerte que la más poderosa arma de destrucción concebida por el ingenio del Hombre”.
Thomas Jefferson, fuente de inspiración y autor principal de la Declaración de Independencia Americana, declaró: “El cuidado de la vida y la felicidad humanas y no su destrucción es el primer y único objetivo legítimo de un buen gobierno”.
Hay quienes, a través del pensamiento y la acción, han marcado una diferencia y cambiado nuestro mundo. Entre ellos se encuentran los siguientes humanitarios, cada uno de ellos un poderoso y eficaz defensor y una inspiración para todos los que hoy se dedican a la causa de los derechos universales:
Mohandas Karamchand Gandhi es ampliamente reconocido como uno de los más grandes líderes políticos y espirituales del siglo veinte. Honrado en la India como el padre de la nación, fue pionero y practicó el principio de Satyagraha: la resistencia a la tiranía a través de la desobediencia civil masiva no violenta.
Mientras lideraba campañas a escala nacional para mitigar la pobreza, expandir los derechos de las mujeres, crear armonía religiosa y étnica, y eliminar las injusticias del sistema de castas, Gandhi aplicó de forma suprema los principios de la desobediencia civil no violenta para liberar a la India del dominio extranjero. Con frecuencia fue encarcelado por sus acciones, a veces durante años, pero consiguió su meta en 1947, cuando la India consiguió su independencia de Gran Bretaña.
Debido a su grandeza, se le llama Mahatma, que significa “gran espíritu”. Los líderes de derechos civiles mundiales desde Martin Luther King, Jr., hasta Nelson Mandela han reconocido a Gandhi como fuente de inspiración en su lucha para conseguir igualdad de derechos para su gente.
Uno de los símbolos de los derechos humanos más reconocidos de la época, es un hombre cuya dedicación a las libertades de su pueblo ha inspirado a los defensores de los derechos humanos a lo largo del mundo.
Nacido en Transkei, Sudáfrica, hijo de un jefe tribal, Mandela obtuvo un título universitario, graduándose en derecho. En 1944 se hizo miembro del Congreso Nacional Africano (CNA) y trabajó activamente para abolir las políticas del apartheid del Partido Nacional en el poder. Llevado a los tribunales por sus acciones, Mandela declaró: “he luchado contra la dominación blanca y he luchado contra la dominación negra. He abrigado el ideal de una sociedad libre y democrática en que todas las personas vivan unidas en armonía y con las mismas oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que espero conseguir. Pero es un ideal por el que estoy preparado para morir, si es necesario”.
Sentenciado a cadena perpetua, Mandela se convirtió en un poderoso símbolo de resistencia para el ascendente movimiento antiapartheid, negándose en repetidas ocasiones a comprometer su posición política para obtener su libertad. Puesto en libertad finalmente en febrero de 1990, intensificó la batalla contra la opresión para alcanzar las metas que él y otros habían decidido lograr casi cuatro décadas atrás.
En mayo de 1994, Mandela fue investido como el primer presidente negro de Sudáfrica, posición en que se mantuvo hasta 1999. Presidió la transición de la ley de la minoría y el apartheid, ganando respeto internacional por su defensa de la conciliación nacional e internacional. Por motivo de sus 90 años, se llevó a cabo una celebración internacional de su vida y la gran dedicación a sus metas de libertad e igualdad.
“Si hablas a un hombre en un lenguaje que comprende, eso llega a su cabeza. Si le hablas en su lenguaje, eso llega a su corazón”. — Nelson Mandela
Fue uno de los defensores del cambio social no violento más conocidos del siglo XX.
Nacido en Atlanta, Georgia, las excepcionales habilidades de oratoria y valentía personal de King atrajeron la atención nacional inicialmente en 1955 cuando él y otros activistas de los derechos civiles fueron arrestados tras encabezar un boicot a una compañía de transporte de Montgomery, Alabama, que exigía que las personas no blancas cedieran sus asientos a los blancos y se quedaran de pie o sentados en la parte posterior del autobús. A lo largo de la década siguiente King escribió, dio discursos y organizó protestas y manifestaciones multitudinarias no violentas para llamar la atención sobre la discriminación racial y para exigir legislación sobre derechos civiles para proteger los derechos de los afro-americanos.
En 1963 en Birmingham, Alabama, King encabezó manifestaciones pacíficas multitudinarias que las fuerzas policiales blancas combatieron con perros policía y mangueras contra incendios creando una polémica que generó titulares en los periódicos por todo el mundo. Las posteriores manifestaciones multitudinarias en muchas poblaciones culminaron con una manifestación que atrajo más de 250.000 manifestantes a Washington, DC, donde King pronunció su famoso discurso de “Tengo un sueño” en que imaginaba un mundo en que las personas ya no estuvieran divididas por su raza.
Tan fuerte fue el movimiento que King inició, que el Congreso promulgó la Ley de Derechos Civiles en 1964, el mismo año en que fue honrado con el Premio Nóbel de la Paz. King, que recibió la Medalla Presidencial de la Libertad a título póstumo, es un icono del movimiento de los derechos civiles. Su vida y su trabajo simbolizan la búsqueda de igualdad y la no discriminación que se encuentran en la esencia del sueño americano y humano.
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