Colombia es un país rico en biodiversidad, recursos naturales y tierras fértiles. Sin embargo, millones de personas viven sin acceso a agua potable, una alimentación nutritiva, una vivienda digna, electricidad, acceso a la educación gratuita o un servicio adecuado de salud. Colombia es el 6º país más desigual del mundo.
Más de 6 millones de hectáreas de tierras han sido usurpadas de las poblaciones rurales (pueblos indígenas, comunidades afrocolombianas y campesinas), que a su turno ha favorecido la imposición de proyectos económicos a grande escala como agrocombustibles, industria extractiva, entre otros. El fomento de la agricultura a pequeña escala para la subsistencia de las comunidades rurales ha recibido escaso apoyo de las autoridades públicas. El conflicto armado interno en Colombia existe desde hace más de medio siglo. Su principal víctima es la sociedad civil, que sobrevive en medio de constantes acciones violentas de todos los actores armados. Las masivas violaciones a los derechos fundamentales de la población colombiana incluyen masacres, asesinatos de personas defensoras de derechos humanos, desapariciones forzosas, tortura y violaciones sexuales.
El estado Colombiano, que tiene el deber de proteger a sus ciudadanos, está cuestionado por cometer graves violaciones de derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario (DIH), incluso, partes del estado están siendo investigados por vínculos con grupos paramilitares ilegales de extrema derecha. Las guerrillas están acusadas de cometer graves infracciones al DIH, tales como la toma de rehenes, el uso de minas antipersona y el reclutamiento de niños y niñas como combatientes.
La crisis humanitaria en Colombia ha alcanzado niveles alarmantes. Según fuentes oficiales y organizaciones de derechos humanos, existen más de 4 millones de desplazados internos en el país, y refugiados en países fronterizos. Las Naciones Unidas y organizaciones indígenas han alertado que al menos la mitad de los pueblos indígenas en Colombia están en riesgo inminente de desaparecer del planeta. Organizaciones sindicales denuncian que Colombia es el país donde más sindicalistas son asesinados en el mundo cada año. Preocupa especialmente que la impunidad en casos de violaciones a los derechos humanos se acerca al 98%. Año tras año la ONU y la OEA emiten recomendaciones al estado colombiano, pero hasta la fecha estas han tenido escaso cumplimiento. En medio del panorama gris y desolador de la guerra, la sociedad civil colombiana sigue poniendo color a la vida, reclamando el cumplimiento de sus derechos, proponiendo múltiples formas de resistencia pacífica y reclamando la paz a través de una solución negociada al conflicto basada en la justicia social.
La crisis humanitaria en Colombia ha alcanzado niveles alarmantes. Según fuentes oficiales y organizaciones de derechos humanos, existen más de 4 millones de desplazados internos en el país, y refugiados en países fronterizos. Las Naciones Unidas y organizaciones indígenas han alertado que al menos la mitad de los pueblos indígenas en Colombia están en riesgo inminente de desaparecer del planeta. Organizaciones sindicales denuncian que Colombia es el país donde más sindicalistas son asesinados en el mundo cada año. Preocupa especialmente que la impunidad en casos de violaciones a los derechos humanos se acerca al 98%. Año tras año la ONU y la OEA emiten recomendaciones al estado colombiano, pero hasta la fecha estas han tenido escaso cumplimiento. En medio del panorama gris y desolador de la guerra, la sociedad civil colombiana sigue poniendo color a la vida, reclamando el cumplimiento de sus derechos, proponiendo múltiples formas de resistencia pacífica y reclamando la paz a través de una solución negociada al conflicto basada en la justicia social.
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